Oferta rechazada
Lo que 'se sabe' desde las afueras nunca es suficiente para emitir juicios definitivos, pero la respuesta no apela a lo exiguo de la oferta, sino a la preferencia de un futuro en solitario
Banco Sabadell rechaza la propuesta de fusión de BBVA y prefiere seguir en solitario

El consejo del Sabadell rechazó ayer la oferta lanzada por el BBVA. ¿Es el final de la historia? No suele. Estas operaciones son complejas, influyen sobre ellas muchas fuerzas y se dirimen en ellas muchos intereses. Lo que 'se sabe' desde las afueras nunca ... es suficiente para emitir juicios definitivos, pero la respuesta no apela a lo exiguo de la oferta -lo que podría ser el inicio de la habitual fase del regateo-, sino a la preferencia de un futuro en solitario. La decisión es compleja de explicar en esos términos. En solitario no han conseguido que la cotización alcance al valor en libros, lo cual no es una buena noticia para sus dirigentes, una vez que la situación de los tipos se ha normalizado. En un banco con 85,73% de 'free float' y un único accionista individual por encima del 3,5% no es sencillo de averiguar quién manda en un momento como este y en una decisión tan peliaguda, ni a qué intereses concretos responde la decisión. Con una prima del 30% (de acuerdo a la cotización previa al anuncia de la oferta) lo mejor hubiese sido que fuese la junta general de accionistas quien diera la respuesta. ¿Se compromete el consejo a que la acción se revalorice ese 30%? ¿En cuánto tiempo?
Obviamente, la postura del BBVA también es interesada. Tiene un exceso de capital CET1 sobre las exigencias regulatorias y si no lo invierte en la compra del Sabadell quizás sus accionistas le exijan un aumento del dividendo, ya que la ausencia de un mercado bancario europeo real impide las operaciones transfronterizas y en el mercado nacional ya no queda alternativa. Las sinergias esperadas eran importantes y superiores a los 800 millones; la afloración de fondos de comercio, al pagar por debajo del valor en libros, era interesante y el BBVA diversificaba su actual concentración geográfica en países prometedores, pero complicados, como México y Turquía, al compensarla con la mejora de la presencia en el Reino Unido, con mucho menor crecimiento pero mayor estabilidad. Como también mejoraba su implantación en el sector de las pymes, en el que su posición dista mucho de la conseguida en la banca minorista.
Para cuando lea estas líneas tendremos un dato más. El juicio de la Bolsa, que es el rompeolas de todos los intereses en liza, en esta operación que, supongo, no concluyó ayer, aunque la frustración en el BBVA habrá sido grande.
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